El Gobierno español está a punto de cometer un gran error endureciendo innecesariamente la regulación sobre el vapeo. De llevarse a cabo los planes del Ministerio de Sanidad, los fumadores tendrán que sortear más obstáculos para dejar el tabaco y la salud pública se verá resentida.
El Plan de Prevención y Control del Tabaquismo – o más bien, el Plan de Protección del Tabaquismo
Publicado en diciembre de 2021, el borrador del llamado “Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025”muestra que el Gobierno de España pretende tratar al vapeo del mismo modo que al tabaco. Para ello, argumenta que el vapeo tiene un efecto negativo sobre la salud en el corto plazo y que, para muchos jóvenes, es el paso previo al tabaquismo.
Un plan basado en sesgos y que ignora a la ciencia
El borrador legal de esta ley presenta un claro sesgo anti-vapeo. Cita únicamente estudios tendenciosos (algunos de ellos refutados) sobre los efectos adversos del vapeo y no menciona las conclusiones alcanzadas por la agencia de salud del Gobierno británico Public Health England – concretamente, que vapear es un 95% menos dañino que fumar –, ni su importancia como herramienta para reducir el consumo de tabaco fumado. De hecho, se estima que en España el vapeo ya cuenta con más de medio millón de usuarios, de los cuales muchos lo utilizan para dejar de fumar tabaco. De acuerdo con las estimaciones del Consumer Choice Center y la World Vapers’ Alliance, podrían salvarse más de 2 millones de vidas sólo en España gracias a este cambio. El vapeo es uno de los avances más importantes del siglo pasado en materia de salud pública y debería ser celebrado en vez de perseguido.
No comprenden la importancia de los sabores
La ministra de sanidad Carolina Darias aseguró que gracias a su disponibilidad online, el bajo coste y el gran surtido de sabores, formas y colores que se encuentra en el mercado, el vapeo se ha convertido en una opción muy accesible y atractiva para los jóvenes, que se inician en el tabaquismo a través del vaping – una afirmación que la evidencia ha rechazado. Para prevenir esto, el Gobierno quiere restringir la venta y distribución de productos de vapeo, para lo que se plantea prohibir su venta online y permitirla sólo en estancos y establecimientos especializados. Subir los precios de estos productos y limitar su disponibilidad tendrá un elevado coste para los fumadores y vapeadores adultos, quienes más se benefician del potencial de reducción de daños que tiene el vapeo.
Pero las intenciones del Gobierno no acaban aquí. Pretende también prohibir todos los sabores (excepto el tabaco) e imponer el empaquetado genérico en dispositivos y cartuchos. Ya hemos visto el fracaso de medidas similares en otros países. En San Francisco, por ejemplo, la prohibición de los sabores hizo que se disparara el número de fumadores. Resultados similares en otras partes del mundo muestran que las restricciones masivas llevarán a un mayor consumo de cigarrillos.
Hemos hablado muchas veces sobre los sabores (puedes leer nuestro informe aquí), la clave es evidente: los sabores son la principal razón por la que el vapeo funciona. Permiten a los fumadores adultos olvidarse del sabor de los cigarillos. Cuando se impide su uso, es muy probable que esos vapeadores vuelvan a caer en el tabaco.
Subir los impuestos al vapeo y otras formas de disparar el tabaquismo
Entre todas estas medidas, el Gobierno también sugiere la posibilidad de subir los impuestos al vapeo para equipararlos a los del tabaco, haciéndolos menos asequibles a pesar de que la evidencia sugiere que las subidas de impuestos sobre estos productos empujan a la gente hacia el tabaquismo.
Además, quieren aumentar el número de espacios libres de humos, incluyendo al vapeo en esta categoría y equiparándolo al tabaco. Aseguran que los aerosoles emitidos por los dispositivos de vapeo son peligrosos no sólo para sus usuarios, sino también para todos aquellos expuestos. Nada más lejos de la realidad, pues un reciente estudio muestra que andar por una calle de Madrid expone a más tóxicos que inhalar un cigarrillo electrónico y concluye que los “vapeadores pasivos” no existen.
Los políticos están equivocados – los vapeadores deben guiarlos
En resumidas cuentas, el borrador del Gobierno demuestra el escaso conocimiento de los políticos españoles en materia de reducción de daños y pone de manifiesto la necesidad de que los vapeadores les presionen y les cuenten sus historias. Las leyes de salud pública deben basarse en la ciencia y no en estigmas del pasado. Para ello, la organización de vapeadores españoles ANESVAP ha organizado un eventoo y está recogiendo firmas para hacer llegar a los políticos una petición con las siguientes demandas:
– Que se mantengan los precios asequibles para todos, evitando los impuestos punitivos.
– Que se garantice la distribución legal y controlada de los productos de vapeo en tiendas físicas y online.
– Que la regulación de los espacios libres de humos no se aplique de la misma manera a los vapeadores.
– Que siga estando disponible una variedad adecuada de sabores de vapeo que permitan a los vapeadores olvidarse del sabor del tabaco.
La WVA condena las restricciones propuestas y anima a los vapeadores españoles a firmar la petición de ANESVAP para proteger sus derechos y a compartir con nosotros sus historias. Los políticos españoles necesitan conocer cómo el vapeo ha mejorado la salud de miles de ciudadanos. ¡Alcemos la voz! Hay muchas vidas en juego.