Las propuestas relativas a los vapeadores y las bolsitas de nicotina oral, de aprobarse, tendrán graves consecuencias imprevistas que pondrán en riesgo innecesario la vida de miles de kenianos. Los fumadores se verán privados del acceso a estos productos menos dañinos y se verán condenados a seguir fumando los cigarrillos que matan a 9.000 de nuestros ciudadanos cada año. 

Lo cierto es que dejar de fumar es muy difícil. Aunque casi dos tercios de los 2,7 millones de fumadores del país dicen querer dejarlo, solo una pequeña fracción —se estima que 2%— lo consigue. Necesitan ayuda para ayudarse a sí mismos.

Los impuestos excesivos sobre productos de nicotina menos dañinos, como las bolsitas de nicotina, pueden tener consecuencias imprevistas que contrarresten los objetivos de salud pública de reducir las tasas de tabaquismo. Los altos impuestos pueden hacer que estas alternativas sean menos asequibles, especialmente para las personas de bajos ingresos, que son las más vulnerables a las enfermedades relacionadas con el tabaquismo. 

Cuando las alternativas menos dañinas se vuelven económicamente inaccesibles, los fumadores podrían recurrir a los cigarrillos tradicionales, más dañinos, o recurrir al mercado negro para obtener productos más baratos. Ambas opciones socavarían los objetivos de salud pública del proyecto de ley.

La propuesta de prohibir los sabores en las bolsitas de nicotina y los cigarrillos es otro motivo de preocupación. Los sabores desempeñan un papel crucial para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Las investigaciones demuestran que los productos de nicotina con sabores son más atractivos para quienes intentan dejar de fumar, ya que reducen la asociación sensorial con el tabaco convencional. Prohibir los sabores podría disuadir a los fumadores de cambiar a estas alternativas menos dañinas, lo que podría llevar a un consumo continuado de productos de tabaco más peligrosos. 

Además, la prohibición de los saborizantes podría impulsar el crecimiento de un mercado ilícito. Los consumidores que buscan productos saborizados podrían recurrir a fuentes no reguladas, donde la calidad y la seguridad del producto no están garantizadas. El auge de este mercado negro expondría a los consumidores a mayores riesgos y dificultaría la aplicación de la ley.

El impacto económico de estas enmiendas no puede pasarse por alto. Los impuestos excesivos y las prohibiciones de sabores podrían generar pérdidas significativas de ingresos para los minoristas y fabricantes legales que cumplen con las regulaciones. Esto, a su vez, podría generar pérdidas de empleos e inestabilidad económica, especialmente en comunidades donde la industria tabacalera desempeña un papel importante. 

Además, el crecimiento del mercado ilícito podría privar al gobierno de ingresos fiscales, socavando los recursos financieros necesarios para apoyar las iniciativas de salud pública.

La reducción de daños es una estrategia reconocida mundialmente para minimizar los efectos adversos del consumo de tabaco. Al apoyar alternativas menos dañinas, como las bolsitas de nicotina, los cigarrillos electrónicos y otros productos no combustibles, el Senado puede ayudar a reducir la carga general de enfermedades relacionadas con el tabaco en Kenia. Estas alternativas deben ser accesibles y asequibles, con regulaciones que garanticen la seguridad de los productos sin imponer impuestos prohibitivos ni restricciones innecesarias que disuadan a los fumadores de cambiarse.

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