Como Día Mundial Sin Tabaco Ante esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) intensifica una vez más su campaña contra el vapeo y otras herramientas de reducción de daños. Esto no es solo una oportunidad perdida, sino un peligroso error que amenaza con frenar, o incluso revertir, los avances logrados con tanto esfuerzo en la reducción de las tasas de tabaquismo en todo el mundo, especialmente en Europa. En lugar de promover nuevas tecnologías que ayuden a los fumadores a dejar de fumar, la OMS persiste en difundir el miedo y la desinformación sobre el vapeo.
La evidencia científica es clara y cada vez más contundente. Lo último Revisión Cochrane—considerado ampliamente como el estándar de oro en la investigación en salud— confirma que vapear es una de las herramientas más efectivas para dejar de fumar. Según este análisis exhaustivo, las personas que usan cigarrillos electrónicos con nicotina tienen una probabilidad significativamente mayor de dejar de fumar que quienes dependen de terapias tradicionales de reemplazo de nicotina, como parches o chicles. La evidencia muestra que vapear es al menos 95% es menos dañino que fumar, con una fracción de los riesgos de cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Si bien no está exento de riesgos, el potencial del vapeo para salvar vidas es innegable en comparación con los efectos devastadores del tabaco combustible.
Europa ofrece pruebas convincentes y reales de que la reducción de daños funciona. Suecia se erige como el primer país del mundo en lograr el estatus oficial de "libre de humo", con tan solo 4,5% de adultos nacidos en Suecia fuman—una tasa cinco veces inferior a la media europea, y alcanzada 16 años antes del objetivo fijado por la propia UE. Este éxito histórico no es casualidad. El enfoque sueco se basa en alternativas legales y accesibles como el snus, el vapeo y las bolsitas de nicotina, combinadas con una tributación proporcional al riesgo. ¿El resultado? Una reducción drástica de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo y la mortalidad prematura, y un modelo que el resto de Europa —y el mundo— debería adoptar con urgencia.
Grecia también está logrando avances notables. Gracias a una estrategia nacional que prioriza la reducción de daños, el país ha reducido drásticamente la prevalencia del tabaquismo en un [porcentaje faltante]. seis puntos porcentuales En tan solo tres años, Grecia se convirtió en el primer país de la UE en permitir declaraciones de propiedades saludables científicamente validadas para productos libres de humo, garantizando así que los fumadores adultos tengan acceso a información precisa sobre opciones menos dañinas.
Chequia ofrece otro ejemplo de rápido progreso. Entre las últimas encuestas del Eurobarómetro, el país registró un caída de siete puntos En cuanto a las tasas de tabaquismo, esto demuestra la eficacia de sus políticas pragmáticas y basadas en la ciencia. Al integrar la reducción de daños en su estrategia nacional contra las adicciones y mantener la disponibilidad legal de productos alternativos de nicotina, la República Checa demuestra que la innovación y la salud pública pueden ir de la mano.
Sin embargo, a pesar de estos claros éxitos, la OMS sigue abogando por la prohibición y las fuertes restricciones al vapeo y otros productos de reducción de daños. Esto no solo está en desacuerdo con la evidencia científica, sino también con las experiencias de millones de exfumadores en toda Europa. La postura de la OMS corre el riesgo de que la gente vuelva a fumar cigarrillos, socavando así el objetivo principal de una generación libre de humo que persiguen el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y las propias metas de la UE.
En marcado contraste, World Vape Day, El Día Mundial del Vapeo, que se celebra el 30 de mayo, pone de relieve lo que la OMS pasa por alto: el poder de la innovación y las voces de los consumidores que han optado con éxito por alternativas menos dañinas. Este día es una celebración global del progreso, que da voz a quienes han visto transformadas sus vidas gracias a la reducción de daños y aboga por políticas basadas en la evidencia que prioricen la salud y la libertad de elección.
Europa no puede permitirse seguir a la OMS por este camino. La evidencia es contundente: la reducción de daños salva vidas. Los países que apuestan por la innovación y regulan en función del riesgo son los que avanzan más rápidamente hacia la erradicación del tabaquismo. La UE debe fijarse en los ejemplos de Suecia, Grecia y la República Checa y adoptar políticas que prioricen la ciencia, la libertad de elección del consumidor y los resultados en materia de salud pública.
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