Wellington, 08.08.2024 La Alianza Mundial de Vapeadores (WVA) está profundamente preocupada por la decisión de Nueva Zelanda de prohibir los productos de vapeo desechables. Con el país a punto de convertirse en un país libre de humo, la WVA advierte que esta prohibición podría socavar el progreso logrado en la reducción de las tasas de tabaquismo.

El Ministerio de Salud de Nueva Zelanda ha anunciado la prohibición Con la intención de reducir el vapeo entre adolescentes, la nueva normativa prohíbe la fabricación y venta de todos los vapeadores no recargables, incluidos los envases de un solo uso, como tanques precargados, cápsulas y cartuchos.

La WVA advierte que esta decisión podría tener efectos perjudiciales para la salud pública, revirtiendo potencialmente el progreso que Nueva Zelanda ha logrado en la reducción del tabaquismo convencional.

Alberto Gómez Hernández, Gerente de Políticas de la Alianza Mundial de Vapeadores, comentó: “Prevenir que los adolescentes consuman productos con nicotina es fundamental, y para lograrlo se deben aplicar estrictas regulaciones de edad. Sin embargo, prohibir los vapeadores desechables y diversos sistemas de cápsulas para consumidores adultos tendrá consecuencias negativas para la salud pública y pondrá en peligro el progreso hacia una sociedad sin humo logrado en la última década. Este enfoque ignora el papel fundamental que desempeñan los vapeadores desechables para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco.”

Gómez Hernández profundizó en las posibles consecuencias de la prohibición:

“El progreso de Nueva Zelanda hacia una economía libre de humo es un excelente ejemplo de la eficacia de las estrategias de reducción de daños. Desafortunadamente, esta prohibición de todos los vapeadores no recargables podría socavar dicho progreso, haciendo que el vapeo sea menos accesible para los fumadores adultos que buscan alternativas menos riesgosas al tabaco tradicional.”

La Alianza Mundial de Vapeadores pide a las autoridades sanitarias de Nueva Zelanda que reconsideren este enfoque prohibicionista e insta al gobierno a mantener su compromiso con las estrategias progresivas de reducción del daño del tabaco, que han demostrado ser eficaces para reducir las tasas de tabaquismo y mejorar los resultados de salud pública.