Cómo la tributación basada en el riesgo mejora la salud pública: lecciones de Suecia y Nueva Zelanda

En todo el mundo, los países están implementando diversas estrategias para combatir el tabaquismo y reducir las enfermedades relacionadas con él. Mientras que algunas naciones han adoptado políticas de impuestos progresivos para fomentar el cambio a productos de nicotina más seguros, otras han impuesto altos impuestos, lo que podría socavar los esfuerzos de reducción de daños. Este artículo analiza cómo países como Suecia y Nueva Zelanda están liderando el camino al reducir los impuestos sobre alternativas menos dañinas, como el snus y los productos de tabaco calentado, para disminuir las tasas de tabaquismo y mejorar la salud pública.

Suecia: Líder europeo en la reducción de daños del tabaco

Suecia ha sido pionera durante mucho tiempo en estrategias de reducción de daños, en particular con el uso del snus, un producto de tabaco sin humo que ha sido clave para la disminución de las tasas de tabaquismo en el país. El año pasado, Suecia incentivó aún más el cambio de cigarrillos a snus mediante reducción de impuestos sobre esta alternativa más segura. Este enfoque ha reforzado la trayectoria sueca para convertirse en el primero libre de humo país del mundo: La tasa de tabaquismo en Suecia es de tan solo 5,61 personas por cada 1000 habitantes por día, muy por debajo del promedio de la UE de 231 personas por cada 1000 habitantes por día., y sigue disminuyendo rápidamente. Como resultado, Suecia también tiene las tasas más bajas de enfermedades y muertes relacionadas con el tabaquismo en Europa., registrando solo 26 muertes relacionadas con el tabaquismo por cada 100.000 habitantes, mientras que el promedio de la UE es más de tres veces mayor, en alrededor de 100 muertes por cada 100.000.

El éxito sueco ejemplifica a la perfección cómo funcionan las estrategias de reducción de daños del tabaco. A pesar del descenso en las tasas de tabaquismo, Suecia sigue siendo uno de los países con las tasas de consumo de nicotina más altas de Europa., Más del 201% de la población sueca consume snus regularmente. Sin embargo, lo hacen de una manera mucho menos dañina, ya que el snus es significativamente menos perjudicial que los cigarrillos al no implicar combustión, que es la principal causa de los riesgos para la salud asociados al tabaquismo. Al reducir los impuestos sobre el snus, Suecia ha hecho que esta alternativa sea más asequible y accesible, incentivando a los fumadores a cambiar a esta opción y, como resultado, reduciendo drásticamente las enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

Nueva Zelanda: Reducción de impuestos para apoyar un futuro libre de humo

Al igual que Suecia, Nueva Zelanda está tomando medidas proactivas para animar a los fumadores a pasarse a productos de nicotina menos dañinos. En julio de 2024, El gobierno anunció un Reducción de impuestos según la sección 50% sobre productos de tabaco calentado, una medida diseñada para promover el uso de alternativas más seguras al tabaco. Esta política se alinea con el compromiso más amplio de Nueva Zelanda de convertirse en un país libre de tabaco. nación libre de humo para 2025, con tasas de tabaquismo que ya se están desplomando a mínimos históricos.

La decisión de reducir los impuestos sobre los productos de nicotina más seguros refleja el reconocimiento de que El precio juega un papel crucial en el comportamiento del consumidor. Al hacer que el vapeo y el tabaco calentado sean más asequibles, Nueva Zelanda está ayudando a más fumadores a dejar el tabaco combustible, que sigue siendo la forma más dañina de consumir nicotina.

El papel de la tributación progresiva en la reducción de daños

Los impuestos pueden ser una herramienta poderosa para promover la salud pública cuando se utilizan adecuadamente. Los impuestos más bajos sobre los productos de nicotina más seguros hacen que estas alternativas sean más accesibles y atractivas para los fumadores, animándolos a dejar de fumar cigarrillos.

Por otro lado, Los altos impuestos sobre los productos de nicotina más seguros pueden disuadir a los fumadores de pasarse a alternativas menos dañinas.. Cuando el costo del vapeo u otros productos de riesgo reducido se acerca o supera al de los cigarrillos, los fumadores pueden tener pocos incentivos económicos para cambiar. Además, los altos impuestos pueden hacer que los vapeadores vuelvan a fumar, revirtiendo el progreso logrado en la reducción de las tasas de tabaquismo.

Sensibilidad al precio La prevalencia es particularmente alta entre los grupos de bajos ingresos, que representan una gran proporción de los fumadores. Si el precio de los productos de nicotina más seguros se encarece demasiado debido a impuestos excesivos, estas personas tendrán más probabilidades de seguir fumando en lugar de optar por el vapeo u otras alternativas. Esto puede derivar en mayores tasas de enfermedades relacionadas con el tabaquismo, lo que supone una mayor presión para los sistemas de salud pública.

Además, Los impuestos excesivos pueden fomentar el crecimiento de los mercados negros, donde los productos no regulados representan mayores riesgos para los consumidores.. Esto se ha observado en varias regiones donde las regulaciones estrictas o los altos impuestos sobre los productos de vapeo han llevado a los usuarios a buscar alternativas más baratas, a menudo inseguras, procedentes de fuentes ilícitas.

Conclusión: La tributación como herramienta para el cambio positivo

Los ejemplos de Suecia y Nueva Zelanda demuestran que políticas de impuestos progresivos doy desempeñan un papel fundamental en los esfuerzos de reducción de daños. Al reducir los impuestos sobre las alternativas más seguras a la nicotina, estos países han facilitado que los fumadores se pasen a productos menos dañinos, lo que ha dado como resultado una disminución de las enfermedades y muertes relacionadas con el tabaquismo. Este enfoque se alinea con el objetivo fundamental de la salud pública: reducir los daños.

Los países que aún no han adoptado este enfoque deberían considerar la evidencia de Suecia y Nueva Zelanda. Los altos impuestos sobre los productos de nicotina más seguros pueden socavar los esfuerzos de reducción de daños, manteniendo a los fumadores en el consumo de cigarrillos y aumentando la carga sobre los sistemas de salud. Al ajustar las políticas fiscales para reflejar los riesgos reducidos de productos como el snus y el vapeo, los gobiernos pueden incentivar a más fumadores a cambiar a estas alternativas, lo que en última instancia salvará vidas y mejorará la salud pública..

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