Mientras tanto, Suecia está a punto de convertirse en el primer país libre de humo de Europa; Grecia y República Checa han reducido significativamente sus tasas de tabaquismo gracias a un enfoque basado en la reducción de daños; y Japón ha logrado disminuir en un 42% la venta de cigarrillos desde la introducción del tabaco calentado. Estos avances no son fruto de prohibiciones, sino de políticas que promueven la innovación y ofrecen a los fumadores herramientas reales para dejar el cigarrillo.
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