El Día Mundial del Vapeo de este año fue una ocasión importante para nosotros en la Alianza Mundial de Vapeadores para concienciar sobre la reducción de daños. Yo, Alberto Gómez Hernández, junto con mis compañeras Liza Katsiashvili y Lika Janelidze, visitamos la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra con una misión clara: defender los derechos de los vapeadores y promover el vapeo como herramienta para la reducción de daños.
Nuestra visita no se centró tanto en reunirnos con funcionarios de la OMS —siempre reacios a escuchar a los consumidores— sino más bien en hacer una declaración visible e impactante. Llegamos con un camión con pantalla que mostraba testimonios e información sobre el vapeo, con el objetivo de desmentir algunos de los mitos que la OMS ha contribuido a difundir, como la idea errónea de que vapear es tan dañino como fumar o que no ayuda a dejar de fumar.
Nos posicionamos frente a la sede de la OMS con carteles que instaban a la organización a reconsiderar su postura restrictiva sobre los productos alternativos de nicotina. Nuestro mensaje era claro: la OMS debe escuchar a la ciencia y a los consumidores, e implementar estrategias de reducción de daños. El vapeo ha ayudado a millones de fumadores a dejar el tabaco, y es fundamental que las políticas de salud pública a nivel mundial reflejen esta realidad.
A pesar de nuestro enfoque pacífico e informativo, encontramos resistencia. Personal de seguridad de la OMS se acercó a nosotros tras vernos tomar fotos con nuestros carteles. Nos exigieron que nos detuviéramos y mostráramos nuestra identificación. Al negarnos, amenazaron con llamar a la policía. Esta reacción refleja la negativa generalizada de la OMS a escuchar las experiencias de los consumidores, precisamente quienes se ven más afectados por las normas que proponen. Este trato a los consumidores no es nuevo; también se evidenció en la COP 10 sobre el control del tabaco, celebrada en febrero en Panamá. Allí, no se permitió a los consumidores participar en la conferencia para escuchar o hablar sobre su experiencia, y los activistas que se encontraban fuera del recinto recibieron un trato similar al que recibimos en Ginebra.
La experiencia puso de relieve la importancia de nuestra misión. Necesitamos marcos regulatorios que apoyen a los fumadores en su transición a alternativas menos dañinas para la nicotina, en lugar de imponer restricciones prohibitivas que podrían llevarlos de vuelta al tabaquismo. Nuestra visita a la OMS fue un paso crucial para sensibilizar a la población e impulsar políticas basadas en la evidencia.
De cara al futuro, la Alianza Mundial de Vapeadores mantiene su compromiso de representar los intereses de los vapeadores en todo el mundo. Nuestros esfuerzos de defensa están lejos de haber terminado, y seguiremos luchando por regulaciones sensatas que protejan la salud pública y respeten las decisiones individuales.
Gracias por acompañarnos en este Día Mundial del Vapeo. Juntos podemos marcar la diferencia y garantizar que el vapeo siga siendo accesible para quienes más lo necesitan. Sigamos impulsando un futuro libre de humo, basado en la ciencia y la libertad de elección del consumidor.
Un comentario