A medida que el vapeo entre los jóvenes continúa disminuyendo, ¿cuándo admitirá finalmente la FDA que la llamada “epidemia” ha terminado?

Pregúntele a cualquier vapeador adulto y le dirá sin lugar a dudas que los sabores son cruciales para dejar de fumar y mantenerse alejado de los cigarrillos combustibles.

Recuerdo que en 2013 me compré un dispositivo para vapear. Usé un líquido con sabor a tabaco durante unas dos semanas. Entonces, algo cambió mis papilas gustativas y mi olfato. Ya no quería algo que me recordara a fumar. De hecho, ya no soportaba el sabor. Cualquier cosa que me recordara a fumar no me atraía. Rápidamente cambié a un líquido con sabor a piña colada. Después, probé otros sabores como fresa y melocotón, café, donut de arándanos y muchos más. Esta experiencia fue divertida, ya que me mantuvo interesado en vapear y las opciones eran infinitas. Esto realmente hizo que vapear no solo fuera una forma de dejar de fumar para siempre, sino que incluso me impidió volver a pensar en ser un "fumador".

Con eso en mente, mientras las cifras siguen disminuyendo debido al uso entre los jóvenes y la narrativa de que “los sabores atraen a los niños” se descarta, ¿por qué la FDA no admite que esta “crisis” ha terminado?

Los adolescentes van a experimentar; así ha sido siempre. Si no fuera así, nunca habría fumado a los 15 años ni probado el vino de mi madre. ¿Por qué castigar a los adultos que dependen de estos productos para evitar los combustibles solo para "salvar a la juventud" cuando, en realidad, el enfoque no debería estar en las cifras de vapeo entre los jóvenes, sino en la disminución del tabaquismo juvenil?.

Las cifras de salud pública se basan en jóvenes que prueban el vapeo una vez cada 30 días. Con solo una vez, se te considera vapeador. Claramente, están preguntando de esta manera, lo que permite a salud pública inflar estas cifras para que se ajusten a la narrativa que ellos eligen. 

A medida que las cifras siguen disminuyendo, la verdadera pregunta es: ¿cómo podrá la salud pública justificar este razonamiento para prohibir los sabores o el vapeo en general? ¿Cómo pueden seguir utilizando estos datos cuando ya no encajan con la narrativa?

¿Seremos capaces alguna vez de superar esta brecha entre los usuarios adultos de la vida real y la salud pública en Estados Unidos y llegar a un acuerdo que beneficie a todos?

Espero que algún día lo hagamos. Por el bien de la salud pública, debemos hacerlo.