El gobierno neerlandés ha perdido completamente el rumbo en lo que respecta a la reducción de daños del tabaco. Las recientes decisiones del consejo ministerial han revelado un marco regulatorio que prioriza una retórica obsoleta contra el vapeo, al tiempo que protege inexplicablemente a los cigarrillos, el producto de nicotina más dañino del mercado. Este enfoque no solo es absurdo, sino que resulta activamente perjudicial para la salud pública.

Obligar a la venta de cigarrillos electrónicos en tiendas especializadas antes que a la de cigarrillos.

Una de las medidas más absurdas es la decisión Se propone que los cigarrillos electrónicos solo se vendan en tiendas especializadas a partir de 2026, seis años antes de que se apliquen restricciones similares a los cigarrillos convencionales, que solo se podrán vender en tiendas especializadas a partir de 2032. Este calendario es ilógico. Se reconoce ampliamente que vapear es mucho menos dañino que fumar, y los estudios demuestran que supone una fracción de los riesgos asociados al tabaco combustible. Sin embargo, el gobierno está dificultando el acceso a los cigarrillos electrónicos mucho antes de implementar restricciones similares para los cigarrillos convencionales, que siguen siendo responsables de innumerables muertes cada año. 

Esta medida no solo socava los esfuerzos de reducción de daños, sino que envía un mensaje peligroso: que fumar cigarrillos es de alguna manera más aceptable que vapear. Es una afrenta para los fumadores que intentan dejar de fumar y para los vapeadores que ya se han pasado a una alternativa menos dañina.

Prohibir los sabores de vapeo que ayudan a los fumadores a dejar de fumar

Los Países Bajos ya han implementado una de las prohibiciones de sabores más estrictas de Europa, permitiendo únicamente líquidos electrónicos con sabor a tabaco. El gobierno afirma que esto es necesario para evitar que los jóvenes empiecen a vapear, pero este argumento es profundamente erróneo. Sabores como los de frutas y postres son cruciales para ayudar a los fumadores adultos a dejar el cigarrillo, ya que hacen que vapear sea más atractivo y diferente del tabaco. Al prohibir estos sabores, el gobierno está empujando a los fumadores de vuelta al cigarrillo o forzándolos a recurrir a mercados ilegales, una medida que no beneficia a nadie. 

La prohibición de los sabores ya ha provocado un descenso significativo en el consumo de vapeo: uno de cada cinco vapeadores neerlandeses ha dejado de vapear por completo desde su entrada en vigor. Si bien esto puede parecer un avance para algunos, es probable que muchos exvapeadores vuelvan a fumar, un hábito mucho más perjudicial. La prohibición también ignora la evidencia que demuestra que las prohibiciones de sabores tienen poco efecto disuasorio sobre el vapeo juvenil, sino que perjudican a los fumadores adultos que buscan alternativas más seguras.

Prohibición total de las bolsitas de nicotina

Para colmo de males, el gobierno neerlandés prohibió las bolsitas de nicotina. Estos productos se encuentran entre las alternativas menos dañinas a la nicotina y han sido fundamentales para ayudar a los fumadores a dejar de fumar sin inhalar sustancias químicas nocivas. Su prohibición total elimina otra herramienta más del arsenal para la reducción de daños y empuja a los consumidores de vuelta a los cigarrillos, que son mortales.

Un enfoque inverso de la salud pública

La implacable represión del gobierno neerlandés contra el vapeo y otros productos de riesgo reducido contradice los principios de reducción de daños. En lugar de adoptar estas innovaciones como herramientas para lograr su objetivo de una generación libre de humo para 2040, están saboteando sus propios esfuerzos con políticas desacertadas. 

Esto es lo que logran estas regulaciones:

• Protección del tabaco: Al hacer que las alternativas más seguras sean menos accesibles y menos atractivas, a los fumadores les quedan menos opciones que seguir utilizando tabaco combustible.
• Castigo a los consumidores adultos: Los adultos que recurren al vapeo o a las bolsitas de nicotina como alternativas más seguras están siendo penalizados por tomar decisiones menos dañinas.
• Fomento del mercado negro: Las prohibiciones restrictivas y las restricciones de sabores empujan a los consumidores hacia canales ilegales, donde los productos no están regulados y son potencialmente peligrosos.

Un llamado al sentido común

El enfoque del gobierno neerlandés resulta vergonzoso para las políticas de salud pública. Prioriza la alarma social sobre la ciencia, la ideología sobre la evidencia y la prohibición sobre la reducción de daños. Si el objetivo es realmente una generación libre de humo para 2040, las políticas deben centrarse en reducir los daños, no en eliminar alternativas más seguras mientras se dejan intactos los cigarrillos mortales.

Es hora de que los responsables políticos de los Países Bajos despierten y se den cuenta de que su trayectoria actual no conducirá a una disminución del número de fumadores, sino a un aumento de muertes evitables. La reducción de daños funciona, pero solo si los gobiernos dejan de sabotearla.