Países pequeños, voces grandes: Cómo Trinidad y Tobago, Barbados y otros…

Mientras el mundo se prepara para la COP11 en Ginebra este noviembre, todas las miradas están puestas en las potencias mundiales habituales. Pero este año, las voces más importantes podrían provenir de naciones más pequeñas —países como Trinidad y Tobago, Barbados y San Cristóbal y Nieves— que están alzando la voz para exigir políticas de salud pública basadas en la ciencia y centradas en la reducción de daños.

En un proceso dominado por el secretismo, las agendas impulsadas por los donantes y los prejuicios contra la innovación, estos países tienen una oportunidad única para liderar con el ejemplo y cambiar el debate mundial sobre el control del tabaco.

Rompiendo el silencio

En la COP10, San Cristóbal y Nieves causó revuelo al proponer la creación de un Grupo de Trabajo sobre la Reducción de Daños del Tabaco, una iniciativa audaz que habría inaugurado una plataforma, largamente esperada, para el diálogo científico. La propuesta fue rechazada sin explicación.

Este tipo de exclusión arbitraria no es nueva. El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) ha sido criticado por sus reuniones a puerta cerrada, sus puntos del orden del día con sesgo ideológico y su falta de transparencia. Poderosos financiadores privados, como Michael Bloomberg, siguen influyendo en la agenda, mientras que las voces de los consumidores quedan silenciadas.

Pero eso podría estar empezando a cambiar.

Un momento para el liderazgo caribeño

Este mismo año, el Ministro de Salud de Trinidad y Tobago, Terrence Deyalsingh, confirmó que el gobierno está recopilando activamente datos de referencia para fundamentar la futura regulación de los productos de vapeo. Este es el primer paso para modificar la Ley de Tabaco del país e incluir una regulación proporcional al riesgo, reconociendo que las alternativas más seguras a la nicotina no deben recibir el mismo trato que los cigarrillos. Es una señal prometedora de que el país pronto podría alinear su política nacional con la creciente evidencia internacional a favor de la reducción de daños.

Mientras tanto, en Barbados, voces prominentes instan al gobierno a asumir un papel de liderazgo en la reformulación del control mundial del tabaco en la COP11, defendiendo la reducción de daños y exigiendo transparencia e inclusión.

No se trata de momentos aislados. Son parte de un reconocimiento cada vez mayor de que la prohibición generalizada no funciona y de que la reducción de daños salva vidas.

En lo que respecta a la COP, el tamaño no determina el impacto. Todas las Partes del CMCT —grandes o pequeñas— tienen la misma voz. Dado que las decisiones en la COP se adoptan por consenso, incluso la intervención de un solo país puede impedir que se promulguen políticas erróneas. Por eso es fundamental que naciones caribeñas como Trinidad y Tobago, Barbados y otras utilicen su plataforma para exigir equilibrio, transparencia y políticas basadas en la ciencia.

Por qué esto importa

Países como Suecia, el Reino Unido, Nueva Zelanda y Japón demuestran que apoyar el acceso a alternativas más seguras a la nicotina puede reducir drásticamente el tabaquismo:

  • La tasa de tabaquismo en Suecia es inferior a 6%, la más baja del mundo, gracias al snus, las bolsitas de nicotina y el vapeo.
  • El Reino Unido ha reducido a la mitad el tabaquismo desde 2012 gracias a audaces campañas de salud pública y al acceso a alternativas.
  • Japón redujo a la mitad las ventas de cigarrillos regulando los productos de tabaco calentado sin combustión.
  • Nueva Zelanda ha reducido el tabaquismo en 50% en tan solo cinco años mediante la promoción del vapeo, especialmente en comunidades desatendidas.

Sin embargo, en la COP11, algunas Partes y la Secretaría del Convenio intentarán nuevamente ignorar estos casos de éxito e impulsar prohibiciones, restricciones de sabor, aumentos de impuestos y medidas punitivas contra las herramientas que ayudan a los fumadores a dejar de fumar. Por eso, todos los países que apoyan la formulación de políticas basadas en la evidencia deben alzar la voz, independientemente de su tamaño.

Una oportunidad de liderazgo global

El futuro del control mundial del tabaco no debería estar dictado por los donantes más influyentes ni por los países más grandes. Debería estar moldeado por los hechos, la compasión y la valentía.

Para países como Trinidad y Tobago, Barbados y San Cristóbal y Nieves, la COP11 es una oportunidad para liderar, no por el poder, sino por los principios.

Cuando las naciones más pequeñas alzan la voz a favor de la reducción de daños, alzan la voz por millones de personas en todo el mundo.

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