Un reciente estudiar Un estudio publicado en Cancer Research ha conmocionado al público y a los medios de comunicación con sus hallazgos sobre cambios en la metilación del ADN relacionados con la carcinogénesis tanto en fumadores como en usuarios de cigarrillos electrónicos. Sin embargo, un análisis más detallado y la opinión de expertos sugieren que las implicaciones de estos hallazgos podrían no ser tan alarmantes como se presentó inicialmente.
En el estudio, los investigadores identificaron cambios específicos en el ADN de las células epiteliales bucales de fumadores, que también se presentan en usuarios de cigarrillos electrónicos con un historial limitado de tabaquismo. Estos cambios se asocian con una metilación elevada en tejidos cancerosos y se sugirieron como posibles impulsores de la carcinogénesis. Si bien se destaca la presencia compartida de cambios en la metilación del ADN, los expertos advierten que no se deben establecer correlaciones directas con el riesgo de cáncer. Los cambios epigenéticos observados son comunes a ambos grupos; sin embargo, los datos epidemiológicos no respaldan un riesgo de cáncer uniforme en estas poblaciones. Esta discrepancia subraya la importancia de interpretar los hallazgos de los biomarcadores en el contexto más amplio de los resultados y factores de riesgo conocidos del cáncer.
Estos hallazgos dieron lugar a titulares como “Vapear 'está vinculado al cáncer y daña el cuerpo como fumar'‘ de The Times y “Teme que vapear pueda causar CÁNCER” de El correo, lo que ha contribuido a una ola de preocupación infundada. Sin embargo, estos titulares sobreinterpretan excesivamente los hallazgos sin reconocer la complejidad del desarrollo del cáncer ni los riesgos reales asociados al vapeo en comparación con el tabaco.
Si bien los hallazgos son dignos de mención, no establecen directamente un vínculo entre el vapeo y el cáncer, ya que Los expertos han enfatizado. Por ejemplo, el Dr. Mangesh Thorat y George Laking señalaron la importancia de distinguir los cambios celulares a corto plazo de las alteraciones a largo plazo que aumentan el riesgo de cáncer. El profesor Peter Shields incluso sugirió que los datos indican que los vapeadores podrían parecerse más a quienes nunca han fumado, lo que podría implicar un menor riesgo de cáncer por vapeo.
Además, Clive Bates, una voz muy respetada en la comunidad de reducción de daños del tabaco, criticó el estudio por no considerar los riesgos de cáncer enormemente diferentes entre los fumadores y los usuarios de productos de tabaco sin humo modernos, como lo evidencian los datos epidemiológicos de los EE. UU. y Escandinavia.
Investigación El estudio del Dr. Stephens, de la Universidad de St. Andrews, realizado en 2018, presenta una perspectiva contradictoria. Este estudio demostró que el riesgo de cáncer asociado con los cigarrillos electrónicos, en comparación con el tabaquismo tradicional, es inferior al 0,5 %. Estos hallazgos proporcionan un contexto esencial al debate actual y subrayan el potencial del vapeo como una alternativa menos dañina al tabaco.
En conclusión, si bien el estudio contribuye a nuestra comprensión de cómo los productos de tabaco y los cigarrillos electrónicos pueden influir en el epigenoma, sus hallazgos no deben considerarse evidencia concluyente de un riesgo de cáncer asociado al vapeo. El avance de la identificación de biomarcadores a la predicción del desarrollo del cáncer es significativo, y la evidencia actual, incluido el estudio del Dr. Stephens, sugiere que los riesgos asociados al vapeo probablemente sean menores que los asociados al tabaquismo.
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