Vapear es una herramienta innovadora para la reducción de daños, reconocida como una alternativa más segura al tabaco por Salud Pública de Inglaterra, Cancer Research UK y el Ministerio de Salud de Nueva Zelanda, entre muchos otros. Millones de fumadores en todo el mundo eligen vapear para dejar de fumar. A pesar de su indiscutible éxito en el fin de la pandemia del tabaquismo, el vapeo está sujeto a una amplia gama de mitos. Comprender la prevalencia de estos mitos, así como las creencias fundamentales que los rodean, es clave para romper el estigma del vapeo.
Este informe presenta los resultados de dos encuestas nacionales sobre reducción de daños en Alemania y Francia. El informe consta de 30 entrevistas con médicos de cabecera y una encuesta cuantitativa a 862 fumadores franceses y alemanes. El objetivo principal de este estudio es comprender mejor las percepciones erróneas sobre el vapeo, su impacto y cómo abordarlas.
Además de nuestra propia investigación, compilamos una lista de percepciones erróneas sobre el vapeo y la nicotina en varios países. En conjunto, esta lista muestra una falta de conocimiento fundamental y generalizada sobre la reducción de daños del tabaco, incluyendo el significado mismo de la reducción de daños, la importancia de las alternativas a la nicotina y las percepciones erróneas sobre los efectos de la nicotina en sí. Además, las políticas actuales ignoran los beneficios para la salud pública que conlleva una estrategia centrada en minimizar los daños. Las estrategias actuales para dejar de fumar, centradas en dejar de fumar por completo o en modificar el comportamiento de los fumadores, han fracasado y han dejado de lado a sus beneficiarios previstos. Por el contrario, las campañas para dejar de fumar tienen muchas más probabilidades de éxito cuando se centran en la inclusión de alternativas como el vapeo.
El informe recomienda una comunicación más sólida y con base científica con los fumadores sobre los riesgos reales del tabaco, así como informarles sobre los posibles sustitutos de la nicotina. Además, las futuras medidas regulatorias deberían basarse en el riesgo, animando a médicos y fumadores a buscar alternativas menos perjudiciales a los cigarrillos tradicionales.