El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) busca proteger la salud reduciendo los daños del tabaquismo. La Conferencia de las Partes (COP) debería establecer políticas mundiales sobre el tabaco basadas en la evidencia y la reducción de daños. Sin embargo, la COP11 revela problemas que amenazan sus objetivos e ignora lo que funciona para reducir los daños del tabaquismo.
A continuación se enumeran once cuestiones clave que socavan la reducción de daños del tabaco y la salud pública en la COP11:
- La reducción de daños se descarta sistemáticamente
La reducción de daños está claramente definida en el Artículo 1(d) del CMCT; sin embargo, en la COP11 se la trata como una táctica de la industria tabacalera. En lugar de apoyar alternativas basadas en la evidencia, como el vapeo electrónico y las bolsitas de nicotina, la Secretaría y muchas ONG niegan la legitimidad de la reducción de daños y bloquean el debate.
- La base jurídica de la reducción de daños se pasa por alto intencionalmente en la COP11
Los debates sobre la reducción de daños se enmarcan en el punto 4.5 del orden del día, que aborda la aplicación del artículo 5.2(b) del CMCT. Este artículo se centra en cómo los gobiernos deberían organizar su infraestructura nacional de control del tabaco, y es principalmente administrativo, sin mencionar en absoluto la reducción de daños. De esta forma, la Secretaría evitó hacer referencia al artículo 1(d), donde la reducción de daños se reconoce explícitamente como uno de los tres pilares del tratado. Este marco jurídico permite a la COP11 marginar la reducción de daños del debate basado en la evidencia.
- Evidencia del mundo real ignorada
Países como Suecia, el Reino Unido, Japón y Nueva Zelanda han reducido sustancialmente el tabaquismo al permitir alternativas reguladas y menos dañinas. Las autoridades de salud pública y las revisiones independientes corroboran estos resultados; sin embargo, la COP11 no aborda estas lecciones.
- La prohibición como política por defecto
Muchas propuestas de la COP promueven prohibiciones y restricciones. La historia demuestra que la prohibición tiene consecuencias negativas, ya que empuja a los fumadores hacia los cigarrillos o los mercados ilícitos. La COP11 ignora estas consecuencias imprevistas y omite enfoques pragmáticos.
- La nicotina en sí misma es el objetivo
La COP11 se centra en la reducción del consumo de nicotina, en lugar de los daños relacionados con el tabaco. Pasa por alto que la nicotina sin combustión es mucho menos dañina y que el control del tabaco debería priorizar la reducción de la exposición mortal al humo.
- Exclusión de expertos independientes COP11
La exclusión de expertos en salud pública con opiniones divergentes limita el acceso a científicos e investigadores independientes, lo que reduce la evaluación crítica de la evidencia y retrasa el reconocimiento de las estrategias emergentes de reducción de daños. Al restringir la aportación de expertos, el proceso de formulación de políticas se expone al pensamiento colectivo y deja de lado el debate científico matizado sobre productos menos dañinos y su eficacia en la práctica.
- Falta transparencia y apertura
La COP11 se desarrolla en gran medida a puerta cerrada, con un registro complejo y un acceso limitado a los medios de comunicación y al público. Esta falta de transparencia socava la confianza, la rendición de cuentas y el debate abierto, esenciales para una política sólida.
- El artículo 5.3 se utiliza indebidamente para silenciar el debate
Diseñado para proteger la formulación de políticas de la interferencia de la industria tabacalera, el Artículo 5.3 se utiliza para bloquear las voces independientes que apoyan la reducción de daños, acusando a toda opinión disidente de ser una opinión de la industria.
- Medidas propuestas que carecen de evidencia
Algunas medidas de la COP sobre medio ambiente, responsabilidad y regulación carecen de evidencia sólida de eficacia o de análisis de sus impactos en la reducción de daños. Los grupos de trabajo y los eventos paralelos también muestran un claro sesgo contra los productos alternativos a la nicotina.
- Contradicción entre acciones y objetivos de salud pública
La COP11 afirma proteger la salud, pero sus políticas contrastan con la disminución del tabaquismo en la práctica, donde existen productos de reducción de daños. La prohibición del snus por parte de la UE se cita como ejemplo de una política sin evidencia de resultados para la salud pública.
- Voces de los consumidores desaparecidas
Los consumidores tienen una experiencia directa con los productos de tabaco y los enfoques de reducción de daños. Sus perspectivas no están representadas en los debates de la COP11, lo que resulta en políticas que no reflejan el uso real, las preferencias ni los aspectos prácticos de la transición a productos menos dañinos.
La COP11 puede seguir ignorando la evidencia e implementando políticas prohibicionistas y dogmáticas que corren el riesgo de dañar a las personas que fuman, o puede adoptar la reducción del daño del tabaco como un camino probado, ético y rentable hacia la reducción de las enfermedades y las muertes relacionadas con el tabaquismo.
El futuro del control mundial del tabaco depende de la transparencia, la inclusión y políticas con base científica y eficacia real. Ahora les toca a los Estados miembros contrarrestar esta situación.