Mientras los gobiernos y los pueblos del mundo se enfrentan a una crisis global sin precedentes, no hay duda de que los historiadores del futuro mirarán atrás a estos meses y analizarán en detalle cómo respondimos.
La historia reflejará positivamente los sacrificios y la valentía de muchos, en particular de los trabajadores de primera línea de nuestros servicios de salud y emergencias. Pero adoptará una perspectiva mucho más sombría respecto a aquellos intereses creados que vieron esta crisis como una oportunidad para impulsar una agenda antisalud.
Cuando el tabaquismo se convierta en una simple anécdota en estos mismos libros de historia, estoy seguro de que los cigarrillos electrónicos se identificarán como el catalizador crucial del cambio. Estas herramientas que salvan vidas ya han ayudado a millones de fumadores a dejar de fumar y ayudarán a millones más si se les da la oportunidad.
Pero en estos momentos de pánico, los activistas que llevan años intentando prohibir los cigarrillos electrónicos han redoblado sus esfuerzos. Sin ninguna prueba, intentan vincular el vapor de los cigarrillos electrónicos con la propagación del coronavirus y advierten a los vapeadores que corren un riesgo aún mayor.
Una serie de académicos y grupos de salud pública – Roberto Sussman del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional de México UNAM y Carmen Escrig de la Universidad Autónoma de Madrid, España, Konstantinos Farsalinos, cardiólogo e investigador del Centro de Cirugía Cardíaca Onassis en Atenas, Grecia, Dr. Michael Siegel, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston y muchos otros, han salido a tranquilizar a los vapeadores. Como dijo Rosanna O'Connor, directora de Tabaco, Alcohol y Drogas de Salud Pública de Inglaterra. dijo en marzo:
Actualmente no hay evidencia de que el coronavirus pueda contraerse por exposición al vapor de los cigarrillos electrónicos.
Que no haya ninguna duda al respecto: este alarmismo preocupará a los vapeadores y, sin duda, hará que algunos vuelvan a fumar.
En estos tiempos difíciles, muchos que han dejado de fumar podrían buscar el consuelo de un cigarrillo y correr el riesgo de recaer en la adicción. Los exfumadores adultos deben seguir teniendo acceso a cigarrillos electrónicos y vapeadores, tanto en tiendas físicas como en línea, para ayudarles a continuar su camino lejos del tabaco.
Cuando pase esta pandemia, todos tendremos la oportunidad de reflexionar: ¿hicimos lo que nos correspondía para proteger la salud pública? ¿O compartimos información errónea que, a la larga, costará vidas?
En la Alianza Mundial de Vapeadores, sabemos que estaremos en el lado correcto de la historia.