En un acontecimiento reciente que subraya las consecuencias no deseadas de la prohibición (de facto), Melbourne se ha convertido en el epicentro de lo que se denomina el “guerras del tabaco.Una serie de presuntos ataques incendiarios contra tiendas de tabaco, junto con la represión del Gobierno Federal australiano contra las importaciones ilegales de tabaco, pone de relieve una grave deficiencia en los enfoques políticos actuales sobre el tabaquismo y el vapeo.
Lo último Incidente en Craigieburn, El incendio en una tabaquería, acompañado de múltiples explosiones, posiblemente esté relacionado con la lucha por el control del mercado ilícito del tabaco. Este suceso se produce tras una serie de detenciones vinculadas a la banda de motociclistas Finks, lo que pone de manifiesto la implicación del crimen organizado en el comercio ilegal de tabaco.
Este escenario exige un análisis más profundo de las causas fundamentales que impulsan el auge de los mercados ilícitos. La postura inflexible del gobierno respecto al vapeo y su regulación desempeña un papel crucial al empujar a los consumidores hacia alternativas no reguladas, a menudo peligrosas. Al limitar el acceso a métodos más seguros de administración de nicotina, como el vapeo, los legisladores fomentan inadvertidamente el mercado negro, creando un terreno fértil para el florecimiento del crimen organizado.
De acuerdo a Según Health.gov.au, desde el 1 de octubre de 2021, los australianos necesitan una receta médica para acceder legalmente a productos de vapeo que contengan nicotina. Además, a partir del 1 de marzo de 2024, se aplicarán otros requisitos. introducido Incluyendo: la prohibición de importar todos los cigarrillos electrónicos sin una licencia y permiso de importación.
El gobierno australiano debe reconsiderar su enfoque. Al adoptar estrategias de reducción de daños, incluyendo una mayor accesibilidad a los productos de vapeo, las autoridades pueden debilitar el mercado ilícito, proteger la salud pública y asegurar los ingresos fiscales. La experiencia de los países que han integrado con éxito el vapeo en sus estrategias de salud pública demuestra los beneficios potenciales de dicho enfoque.
Ante la crisis actual, resulta evidente que reevaluar la normativa sobre el vapeo es conveniente y necesario. El gobierno australiano debe reconocer que sus políticas vigentes contribuyen a los problemas que pretende resolver. Adoptar un enfoque más matizado y basado en la evidencia para la regulación de la nicotina podría suponer un avance significativo en materia de salud y seguridad públicas, debilitando así los mercados ilícitos que actualmente azotan al país.
Esto es lo que se puede hacer:
Los datos empíricos y numerosos testimonios de exfumadores subrayan los menores riesgos para la salud del vapeo en comparación con el tabaquismo tradicional y su eficacia como ayuda para dejar de fumar. Sin alternativas fácilmente accesibles como el vapeo, los esfuerzos para combatir las enfermedades relacionadas con el tabaquismo se ven significativamente socavados. El gobierno australiano debería comprometerse plenamente con la reducción de daños mediante:
– Incentivar a los fumadores a pasarse al vapeo, imitando el exitoso enfoque de reducción de daños de Nueva Zelanda.
– Garantizar que los adultos puedan acceder a una amplia gama de productos de vapeo asequibles.
Implementar campañas de salud pública para brindar información clara y científicamente fundamentada, permitiendo así la toma de decisiones informadas. Es fundamental que las iniciativas futuras comuniquen con precisión los riesgos relativamente bajos del vapeo en comparación con el tabaquismo, contribuyendo a desmentir mitos y conceptos erróneos comunes.
Al adoptar estas medidas, el gobierno australiano puede mitigar los riesgos asociados con el tabaquismo, desmantelar los mercados ilícitos de tabaco y salvaguardar la salud pública mediante la formulación de políticas informadas y estrategias eficaces de reducción de daños.