El informe preliminar publicado recientemente orden del día La COP11 confirma lo que muchos en la comunidad de reducción de daños del tabaco (RTH) saben desde hace tiempo: el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) no se prepara, una vez más, para un diálogo abierto y basado en la evidencia sobre alternativas más seguras a la nicotina. En cambio, la forma en que se estructura la agenda revela una dirección peligrosamente sesgada e ideológica para las próximas negociaciones.
El artículo 4.5 dice:
“Implementación de medidas para prevenir y reducir el consumo de tabaco, la adicción a la nicotina y la exposición al humo de tabaco, y la protección de dichas medidas frente a los intereses comerciales y otros intereses creados de la industria tabacalera, a la luz de su discurso sobre la 'reducción de daños'‘.’
Este lenguaje no es neutral. Al referirse a la reducción de daños como parte de la narrativa de la industria tabacalera, entre comillas que ponen en duda su legitimidad, la Secretaría del CMCT está preenmarcando todo el debate como defensivo y confrontativo. Implica que la reducción de daños en sí misma es una estrategia engañosa, en lugar de un principio de salud pública ampliamente reconocido y eficaz, respaldado por una evidencia creciente e implementado con éxito en países como Suecia, el Reino Unido, Nueva Zelanda y Japón.
Aún más preocupante es que el punto de la agenda se basa en el Artículo 5.2(b) del CMCT como su fundamento jurídico, un artículo que no no No se menciona la reducción de daños. Al hacerlo, la Secretaría elude la propia definición de control del tabaco del Convenio en el Artículo 1(d), que incluye explícitamente la reducción de daños. Esto parece un intento deliberado de marginar tanto el concepto como a sus defensores globales, y potencialmente abre la puerta a maniobras procesales destinadas a silenciar o marginar la THR en la COP11.
Tampoco es ningún secreto que el Artículo 5.2(b) se ha utilizado indebidamente en el pasado para someter a los nuevos productos de nicotina, como los vapeadores y las bolsitas, al mismo marco restrictivo que el tabaco combustible. Esto ha dado lugar repetidamente a propuestas políticas prohibicionistas, a pesar de la creciente evidencia mundial de que los productos de riesgo reducido están ayudando eficazmente a las personas a dejar de fumar.
La formulación del punto 4.5 también ignora la aparente diversidad de opiniones entre las delegaciones de las Partes. En la COP10, numerosas Partes —entre ellas Nueva Zelanda, Filipinas, Armenia, San Cristóbal y Nieves, Guyana e incluso Australia— formularon comentarios constructivos y basados en la evidencia que apoyaban o investigaban el potencial de la reducción de daños. Varias de ellas, entre ellas San Cristóbal y Nieves, incluso propusieron un Grupo de Trabajo dedicado a la reducción de daños.
Esa propuesta brilla por su ausencia en el orden del día. Su ausencia, a pesar de haberse presentado conforme al artículo 7(g), que permite a las Partes proponer puntos, plantea serias preocupaciones sobre la transparencia. Una vez más, parece que la Secretaría está modificando activamente el alcance del debate en lugar de facilitar un debate abierto.
Al enmarcar el tema de forma limitada desde una perspectiva defensiva y anclarlo en un artículo inapropiado, la Secretaría desalienta precisamente el tipo de compromiso basado en la evidencia que el CMCT debería promover. En lugar de tratar la reducción de daños como una maniobra de mala fe de la industria, la comunidad mundial debería aprovechar la COP11 para explorar cómo una amplia gama de soluciones, incluyendo productos de nicotina más seguros, puede contribuir a reducir las enfermedades y muertes relacionadas con el tabaquismo.
Si el CMCT quiere recuperar su credibilidad y ser una guía eficaz en el control mundial del tabaco, es necesario replantear el debate en la COP11.
La evidencia no se limita a comillas. La COP11 debe respetar los hechos y las voces de quienes eligen alternativas más seguras para dejar de fumar. La reducción de daños no es una narrativa. Es una estrategia que salva vidas.
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